viernes, 29 de abril de 2011

Como hacer para que las victimas nunca dejen de serlo.

Los viejos comunistas, aplaudían el perenne homenaje de los soviéticos a las victimas de la Segunda Guerra Mundial. Filmes, novelas, biografías, artículos de prensa y científico volvían una y otra vez sobre el tema. Según ellos, el recuerdo impedía que se repitiera el crimen. Lo cierto es que los sistemas policiales necesitan del recuerdo amargo.
Después de tres meses termino el juicio contra Luis Posada Carriles en los Estados Unidos, con el veredicto de “non guilty”, o no culpable, de los delitos de mentir a los oficiales de emigración de ese país. Luis Posada, fue de los pocos que orientó su combate contra la dictadura militar por vía armada.
A raíz del juicio voló a El Paso, Texas, una nutrida comitiva de funcionarios del gobierno cubano, entre ellos altos oficiales del Ministerio del Interior, para demostrar que Posada tenía responsabilidad en actos terroristas y de paso contaminar y dilatar el proceso, narrado en los medios oficiales como una novela por entrega. Mientras, el delito principal se perdía de vista.
La reacción de estos medios a la decisión del tribunal fue inmediata. Los familiares de los muertos en “el avión de Barbados” que se prestan a la pachanga castrista, fueron los primeros en hablar. Enredándolo todo, obviando razones, exponiendo emociones. Se sumaron al coro de casandras, alumnos y profesores de la Facultad de Derecho, de la Universidad dela Habana, apasionados, obviaron el análisis legal del asunto. José Partierra, el abogado del diablo, como lo conocen en la isla, no perdió oportunidad para exponer su discurso incendiario en la televisión.
En este caso recuerdo a Slobodan Milosevic. El político serbio, responsables de miles de muertes en los conflictos con Croacia, Boznia-herzegovina y Kosovo, y requerido por la Corte Internacional de la Haya, no fue llevado a los tribunales por sus crímenes, por la sensibilidad política que provocaba en su país. Fue detenido por malversación de fondos públicos y abuso de poder, de lo que también era culpable. Así pudo ser extraditado a Holanda, donde murió poco antes de comenzar el juicio.
La decisión de la corte de El Paso, fue una victoria para Luis Posada y para el gobierno cubano, que ve alargarse su saga de “víctima” de ataques terroristas. Los grandes perdedores son los familiares y las victimas de los actos terroristas contra los cubanos. Comenzando por los sacrificados por el terrorismo de estado del gobierno de los hermanos Castro, que ven alejarse la posibilidad de comenzar por algún punto una necesidad nacional. La verdad, el perdón y la reconciliación.

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